LA VOZ del hard rock melódico está de vuelta. Aunque escasillarlo bajo el paraguas de un sólo género es de ser muy limitado, y cualquiera que conozca a Jorn Lande lo sabe. Avantasia, Masterplan, Allen & Lande o Pentakill son algunos de sus trabajos más destacados, pero no los únicos. Esta vez viene con su propia banda, componiendo él la totalidad de los temas (a excepción del último), y escudado por unos compañeros de verdadero lujo: Tore Moren y Adrián SB a las seis cuerdas, Nik Mazzucconi en el bajo, Alessandro Del Vecchio en teclados y Francesco Jovino en batería. Un elenco de primer nivel, y hoy os hablamos de su último disco Over the Horizon Radar.
¿Qué nos vamos a encontrar en este álbum?
Hablar del vocalista noruego es hablar de una de las voces más relevantes y de más peso dentro del hard rock y el metal melódico de los últimos 20 años en suelo europeo. Y precisamente esa es la esencia de este trabajo: rock y metal contundente pero preciosista, y con un gusto superlativo por la melodía como nexo de unión entre tema y tema. La producción ha sido llevada a cabo por el propio Jorn, con la ayuda del veterano en entos menesteres Alessandro del Vecchio, y el resultado es realmente de sobresaliente.
Análisis tema a tema
El tema que le da nombre al plástico es el encargado de darnos la bienvenida. Siéntanse y pónganse cómodos. El arsenal y la ristra de himnos instantáneos acaba de comenzar. Y es que este Over the Horizon Radar es una bomba hipersonora que funciona a la perfección desde la primera escucha. Riffs potentes, pesados, y un Lande demostrando desde el minuto 1 lo que es capaz de hacer. Un tema a medio camino entre el rock duro y el metal melódico que se ensarta en tu mente desde la primera escucha.
Continuamos con Dead London, donde unos punteos de ambas guitarras nos demuestran que la melodía es la base principal del tema. Y qué tema. Qué virtuosismo en las manos de Tone Moren. Y qué importante el trabajo de Francesco Jovino tras los parches. Un medio tiempo facilón en el buen sentido de la palabra, pero que deja con ganas de más.
My Rock and Roll puede recordar en parte al trabajo del vocalista escandinavo en Avantasia. Y es que estamos ante un corte de casi 8 minutos que es una verdadera montaña rusa de sensaciones. Comenzando con un Jorn cantando prácticamente a capella, pero que rápido vira en unas guitarras pesadas y que hacen de esta canción una de las más elaboradas del tema. Qué forma de cantar y de llevarse a su territorio cada parte del corte.
One Man War fue uno de los adelantos, y no es casualidad, ya que estamos ante un tema que bien podría sonar en cualquier radio generalista donde pinchen rock melódico. Y es que es eso: un himno de rock que bien podría firmar por momentos el mismo Jeff Scott Soto, ya que me recuerda poderosamente al cantante estadounidense. Y ojo al estribillo, es uno de los más pegadizos. Puro Masterplan.
Black Phoenix es una de las piezas más rápidas del LP, donde la batería vuelve a ser protagonista, sin restar un ápice de protagonismo a ambas guitarras. Muy cerca del metal de corte melódico.
Special Edition es una vuelta al rock más melódico de base escandinava. Eso sí, un corte lento y podríamos decir en parte que pesado, recordándonos de nuevo a su etapa en Masterplan. Uno de los que más me ha gustado con las escuchas.
Ode to the Black Nightside tiene un comienzo muy folkie que entra como cuchillo en mantequilla. Los sintetizadores trabajan a la perfección enlazándose de una forma magistral con la voz del noruego, en un tema que va de menos a más, y donde más guitarras aparecen de forma progresiva para poner la guinda al pastel. Uno de los mejores cortes del trabajo sin lugar a dudas.
Es complicado que en 3 minutos puedas emocionarte tanto. Y es lo que pasa en Winds of Home, que es básicamente un puñetazo en la cara que te manda de golpe a los 80. Qué guitarras, y qué forma de cantar, ¡por favor!
In the Dirt puede ser el tema más hard rockero de corte clásico que tiene todo el trabajo. Las voces dobles por parte de Jorn son una delicia. Y el sólo de guitarra, el mejor del disco de largo. Otra joya para escucharla una vez tras otra.
Believer podría entenderse como una declaración de intenciones. Y es que a estas alturas del trabajo el que no crea en nuestro vocalista es que no está hecho para el rock melódico. Y esta es una muestra de ello. Melodía en vena, donde el teclado y la guitarra vuelven a llevar el peso del corte. Y cómo modula la voz Lande, es que literalmente va sobrado. Qué espectáculo sonoro.
Y para acabar, en la versión extendida del álbum, encontramos Faith Bloody Faith, una joya escondida que vuelve a quedarse a medio camino entre el hard rock y el metal melódico, con unos aires árabes que bien podrían firmar los mismos Myrath. Y esos coros son una salvajada. Es curioso que el cierre del álbum constituya uno de los 3 mejores cortes del álbum. Y como dato, es la canción con la que Jorn intentó representar a Noruega en Eurovisón. Una pena que no llegara a hacerlo, porque es un verdadero himno eurovisivo.
Conclusión
A estas alturas de la película el bueno de Jorn Lande no tiene que demostrar nada a nadie. Reconozco que no soy muy objetivo con él, porque se trata de uno de mis vocalistas favoritos de todos los tiempos. Y es que como dije anteriormente, este vikingo se caracteriza por parir himnos instantáneos a lo largo de su prolífica carrera. Una pena que en solitario no sea tan reconocido, pero es lógico que su zenit musical lo haya alcanzado con su compañero de viaje Tobias Sammet en el macroyecto Avantasia. Pero que un dedo no nos tape la luna. Este Over the Horizon Radar vuelve a ser un más que notable trabajo de rock /metal melódico, y estoy seguro de que será uno de los mejores del año en su género.
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